En vivo: Los “padrinos” del narco
Puedo asegurar, categóricamente
y sin temor a equivocarme que, en los años 80 las drogas y el lavado de dinero
producto del narcotráfico, estuvo más influencia en los merengueros, orquestas,
establecimientos de entretenimiento y el
medio artístico, que ahora en la música urbana.
Yo, que viví ese
momento “próspero” de las orquestas de merengue, donde cada quince días,
prácticamente, surgía un grupo nuevo, ya sea en el país o Nueva York.
Realicé un
trabajo periodístico cuando escribía en
la revista “Galería” del periódico El Nacional a mediados de los 80, donde
contabilicé un total de 33 nuevas agrupaciones.
El dinero de los
mecenas del narco había invadido al medio artístico, en todos los estamentos, y
cuando digo todo, es todo. Las discotecas, estudio de grabación, pago de
ensayos a músicos, emisoras de radio, centro nocturno, algunos programas de radio y televisión y
hasta la payola salía del dinero sucio.
Las autoridades
se hacían de la vista gorda, mientras la plata socia corría por los
intersticios y vericuetos del bajo mundo farándula.
Recuerdo como
ahora, un personaje “padrino” de
cantantes de merengue y agrupaciones musicales, mencionado en muchos de los famosos
merengues que grababan “sus ahijados”, ante la negatividad de uno de sus
apadrinados de tocarle un baile en pleno diciembre, le expresó: “Por eso es que
no me gusta negocio sucio con farandulero, eso me pasa por esta invirtiendo en
ustedes. Mejor sigo en lo mío, que ahí sí hay hombre serio”.
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